13 agosto 2008

Primera retrospectiva de Avedon en París

El pasado sábado fui a la exposición de fotos de Richard Avedon que está en el Jeu de Paume, un espacio bastante grande situado en los jardines de las Tullerías. Tenía ganas desde que vi una reseña en no se qué revista, o igual en el metro, porque Telerama le ha dedicado su portada recientemente y hay carteles que lo anuncian en cada esquina. En cualquier caso, quería ir porque su trabajo me llama mucho la atención, me parece sorprendente que haya sido capaz de realizar con maestría tanto fotografía de moda –grandes diseños de Dior, Balenciaga, Chanel, Lanvin...tan frívola y a la vez, tan impactante y atrayente- y retratos de personalidades (Marilyn Monroe, Andy Warhol, Malcom X, Janis Joplin, etc.) como fotos de desconocidos que tienen, si cabe, más fuerza. Son estas últimas fotos, las pertenecientes a la colección In the American West las que vi en Madrid hace años, y ¡cómo me impresionaron!. Para mi que tiene mucho de fotoperiodismo: ese intento de mostrar sin interpretar sabiendo que la objetividad, cuando se utiliza una cámara, es imposible. Fondos blancos, luz natural, ojos que miran directamente al espectador hasta hacerle sentir observado.

Conclusión: altamente recomendable.

La exposición estará abierta al público hasta el 27 de septiembre.
Más información en: www.jeudepaume.org

10 agosto 2008

Cine clásico cuando oscurece

Mientras en China los deportistas en chándal han empezado a sudar para obtener sus medallas y se esfuerzan en mostrarse prudentes en sus manifestaciones, en el sur de España nadie escapa al calor y se suda también, pero sin querer, y en París, bueno, como era de esperar, en París el cielo está gris y sigue lloviendo.

Entre tormenta y tormenta, la temperatura no es desagradable, aunque no se pueda hablar de calor. Menos mal, porque la temporada de cine al aire libre ha empezado. El martes pasado fui al parque de la Villette para ver un clásico. Creo que este año éste es el tema: las grandes estrellas de Hollywood o algo así. Además, importantísima novedad, hay que pagar una entrada de 2 € por persona. ¡Cómo no habían caído antes!. Pues sí, han acotado con rejas un gran triángulo de césped, muy bien cuidado, todo hay que decirlo, y antes de entrar debes mostrar tu entradita. Después, todo sigue igual, te instalas, sacas la comida y las botellas de vino, haces un pic-nic mientras oscurece e inflan la gran pantalla y luego, ¡a disfrutar de la peli!

Las respuestas de esas películas en blanco y negro no tienen desperdicio y resultan muy divertidas y exageradas para nuestros tiempos. En concreto, la de Laura de Otto Preminger, que pusieron ese día, nos hizo reir a más de uno. “No me arrepiento de nada, Mark”, en boca de la protagonista, suena hiper, super-provocador, cuando ni siquiera se han besado, mientras que el “No te puedes fiar de las mujeres” del investigador resulta tan old school que casi enternece.

Más información en: www.villette.com

18 mayo 2008

La noche de los museos

Ayer tuvo lugar en Francia la noche de los museos. Se trata de la cuarta edición de una interesante iniciativa del Ministerio de Cultura y Comunicación que consiste en abrir gratuitamente, durante la noche, un gran número de museos y centros culturales con el objetivo de atraer a distintos públicos. En muchos casos, esos centros ponen en marcha actividades que salen de lo habitual para que el atractivo sea mayor: con nuevas iluminaciones de colores, con acompañamiento musical, con performances, con cuentacuentos, con proyecciones audiovisuales…Cada lugar decide su propio gancho. Que conste, Francia no es el país pionero en este evento, por lo visto nació en Berlín hace 30 años.
En París, pasadas las diez de la noche, llamaba la atención la cantidad de gente que se paseaba por las calles, en busca de una u otra dirección del programa. Sí, la gente tenía muchas ganas de cultura nocturna, hay que reconocerlo. El problema es que la noche parisina termina muy temprano. En el museo de Quai Branly, a las 23 h, a pesar de que había una cola de gente animada de más de cien metros de longitud, los organizadores decidieron que ya tenían suficiente y nos advirtieron que ya no entraría nadie. En el programa ponía que el museo estaría abierto hasta media noche. « C’est fini, les amis ! ». Pues nada. ¿Y qué opciones quedaban a esa hora ? Contando el tiempo del trayecto en Velib y teniendo en cuenta que prácticamente todo ponía el candado tan pronto como el museo de las culturas, la única solución era el Museo de Rodin, que cerraba a la una y media de la madrugada y se encuentra junto a Inválidos, bastante cerquita. La curiosidad que pudimos observar en este centro consistía en la visita de los jardines de noche y con linternas. Y en el interior, junto a las estatuas expuestas de distintos materiales, había pantallas planas en el suelo que mostaban gatitos bebiendo leche. « Va savoir » lo que querían decir.

12 abril 2008

El maratón de París

No sé muy bien por qué, el domingo pasado decidí ir al maratón de París. No, no fui uno de los 28.300 participantes, evidentemente. Tan sólo fui a verlo, por curiosidad. El punto exacto de la llegada se encontraba detrás del Arco del Triunfo, en la burguesa y ancha avenida Foch, extensión de los Campos Elíseos hacia el bosque de Boulogne. Cuando llegué, más allá del mediodía, muchísima gente iba ya de vuelta, a menudo en grupos de apoyo a los cansados corredores, todavía en pantalones cortos y con la cara desencajada y feliz de “meta alcanzada”.
Había stands publicitarios y puestos de perritos, salchichas y kebabs humeantes por todos sitios. Y una marea humana de espectadores, más de 200.000 según los datos de la organización, a pesar de la mañana lluviosa. En aquel momento, llegaban los participantes que habían tardado 4 horas y media en recorrer los 42 kilómetros del maratón.
Junto a las gradas de la llegada, enfrente del animador con micro que felicitaba sin fin a los atletas en sus últimos metros antes de cruzar la línea de meta, la contemplación del espectáculo me emocionó como pocas cosas lo hacen: sentí, al mismo tiempo, una gran alegría y unas enormes ganas de llorar. Esta carrera no es una carrera como las demás, la competición individualista se convierte en auto superación y la cooperación es palpable: corredores en grupo, con banderas de sus países, con mensajes de ánimo en sus camisetas, disfrazados... Incluso vi un grupo de corredores que empujaban a un hombre en silla de ruedas. En sus espaldas se leía “La maratón de Pascal”. También vi un hombre cojeando que apenas podía seguir, y a otros dos corredores, pararse para ayudarle a llegar. “¡Venga, unos metros más y lo has logrado!”.

Para la mayor parte de los participantes no se trataba de obtener un puesto en el podium, sino simplemente de llegar. Que no es fácil. Era realmente impresionante, había gente de todas las edades, ancianos de pelo blanco y piernas delgaditas que pasaban delante de mi tan panchos, como si pasearan un perrito al trote, junto a jóvenes culturistas, con sus músculos hinchados, rojos del esfuerzo. Sin embargo, al acercarse al cartel de “Arrivée”, en el rostro de todos ellos se veía la misma expresión.

08 marzo 2008

Un triste día de reflexión

Por primera vez desde hace bastante tiempo la actualidad española cobra protagonismo en los medios franceses, con tanta fuerza que incluso yo, que suelo informarme directamente en los periódicos españoles, gracias a Internet, la descubro en uno de los telediarios de la noche, ayer en TF1. Desgraciadamente, a menudo es el mismo tipo de noticia el que consigue este interés: un nuevo asesinato de ETA. Otro crimen, cobarde y por la espalda, contra todos los españoles, contra una persona que fue su representante en un pueblo del País Vasco, donde desde hacía 5 años no sufrían un golpe similar. Y ello, justo al final de la campaña electoral, un día antes de la necesaria calma de la jornada de reflexión. Enfin, qué más decir.

Aquí también tenemos que reflexionar aunque con menos presión, por suerte. Mañana son las elecciones municipales y como ahora todos somos europeos, me han dejado participar. Después de rellenar varios formularios explicando que vivo en Ile de France desde hace 3 años y de adjuntar las fotocopias de documentos que lo demuestran, me han enviado a casa un papelito que se debe doblar por la mitad para convertirlo en una especie de tajeta llamada "carte électorale", a presentar en el colegio correspondiente. En la mía (en la foto, la de la izquierda), pone que no la puedo utilizar más que en las elecciones municipales y en las europeas. No está mal.

26 febrero 2008

Las elecciones desde dos ángulos

Ayer por la noche vi en Televisión Española Internacional, a través de la Free Box, el debate entre los candidatos a la presidencia del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, del PSOE, actual presidente, y Mariano Rajoy, del PP, principal líder de la oposición (of the record, ¿alguien sabría decirme porqué al gallego nadie le coloca el segundo apellido?, siendo algo tan español, es curioso en su caso).
Ya era hora, después de quince años, de que se organizara un cara a cara como éste. Incluso teniendo en cuenta su reduccionismo, vale la pena ver el enfrentamiento entre los dos políticos con más posibilidades de liderar el Ejecutivo durante los próximos 4 años. El debate es una especie de resumen para la masa: los participantes, con sus asesores, evidentemente, han seleccionado una serie de temas en los que harán hincapié, con el convencimiento de que esos temas les ayudarán a movilizar al electorado en su favor. ¿Lucha contra el terrorismo, inmigración, empleo, becas, vivienda, mayor autonomía para las regiones, matrimonio homosexual? Los temas que uno y otro sacaron a la luz nos dicen mucho de su pensamiento. Además, podemos juzgar su comportamiento en situaciones de stress. ¿Se repiten? ¿aparentan confianza? ¿tartamudean ? ¿miran a sus lados en busca de ayuda? ¿se gritan ? ¿se interrumpen ?. Sin embargo, para ser sinceros, la mayor parte del tiempo el careo tuvo poco de debate y eso, la verdad, no solo aburre, también te deja un poco desesperanzado. Tanto en las primeras intervenciones como las conclusiones dio la sensación de que leían un discurso escrito, sin mucha pasión, más bien como un actor que ha aprendido de memoria dónde hacer las pausas. Hoy, después de comprobar a través de Internet que en los medios españoles los dos candidatos han ganado, uno u otro dependiendo del medio, claro está (¡era tan previsible! ¿porqué los políticos no son capaces de cuestionarse nunca, de criticarse de forma constructiva? Todo sería tan diferente), bueno, pues después de pasar por los diarios españoles he querido saber cómo trataban la noticia, si es que lo hacían, los medios franceses. En la radio – France Inter o France Info, no recuerdo -, muy poquito, la verdad. En unos segundos y de un plumazo, “fini” un debate “historique”. En Le Monde, en lugar de eternizarse en los detalles, han hecho un análisis de las claves de una campaña muy reñida, según dicen. Los socialistas, han titulado, están obligados a movilizar a sus electores para evitar el resurgimiento de la derecha porque se prevé que la diferencia entre ambos partidos en las urnas sea mínima. En Le Figaro, se habla de un debate “musclé”, adjetivo que viene de músculo y que se me antoja un poco animal (nada más lejos de la realidad, en mi opinión). En cualquier caso, los participantes han medido sus fuerzas, eso sí, y han mostrado sus armas. Argumentos arrojados a la cara del otro: inmigración, seguridad, terrorismo. Me llama la atención cómo se parecen los discursos de Rajoy y del presidente francés, Nicolas Sarkozy. Espero que sólo sea una tendencia pasajera, una novedad que quieren intentar por si funciona, sin más.

17 enero 2008

Un piso en París

Buscar piso en París, tener piso en París, no es fácil. París es una enorme ciudad, famosa en el resto del mundo, en la que no queda ni un metro cúbico por urbanizar desde hace muchísimos años. Aquí, si consigues hipotecarte y "comprar", nadie te pregunta si se trata de nueva construcción o de segunda mano, algo tan habitual en Madrid o en Sevilla. Evidentemente es de segunda mano. Lo que te preguntan es cuántos años tiene el apartamento. Cuanto más antiguo, más caché, como si el hecho de que la vivienda en cuestión haya vivido más que tu te confiriera parte de sus experiencias. ¿Qué ocurría en Bastilla hace 100 años? ¿Estuvo Picasso en alguno de los lofts de la calle de detrás? (podría ser, algunos de los talleres en los que trabajó el genio malagueño no tienen ni una plaquita que lo indique, nada de nada, lo he comprobado personalmente). Al final es como si el alma de todos aquellos grandes artistas y pensadores que antaño vivieron en París se hubiera quedado suspendida en la ciudad e impregnara poco a poco los viejos inmuebles.
También es curioso que, al contrario que en España, el piso interior es muy apreciado, incluso más que el exterior en el caso de que dé a un patio o a un pasaje vecinal o peatonal. De esta forma aseguras la luz y evitas el ruido y, quizás, también el vis-à-vis de la calle, es decir, al vecino de enfrente. El tema del ascensor está claro. Si el anuncio no lo indica, olvídalo, no se les ha olvidado, simplemente no tiene...incluso si se trata de un octavo piso, sí. Hay otros en lo que lo pone y cuando llegas, lo que encuentras es un armario, literalmente, en el que sólo cabe una persona por viaje. Cuando llegas a tu planta te has vuelto azul y estás claustrofóbica perdida.
Hablar de superficie habitable y de dignidad aquí no se lleva, no sé si en algún momento creó polémica, como lo de los 30 m2 de las soluciones hablitables socialistas. Aquí muchos jóvenes, y quizá no tan jóvenes, viven en estudios de apenas 15 m2 y a nadie le sorprendre. Las comparaciones son odiosas (¡y tan deprimentes!) y yo ya me he acostumbrado a que 30 m2 “tienen muchas posibilidades”. En fin, mucha suerte, de todo corazón, a todos los que en estos momentos os encontráis en busca de.